Esta experiencia tiene distintas consecuencias psicológicas en la mujer y en algunas ocasiones también en el hombre, las primeras son shock y negación, luego viene una etapa de ansiedad, cambios de ánimo, irritabilidad, aislamiento, la perdida de la capacidad de concentrarse, humor depresivo y un cansancio general, sentirse inútil, la pérdida del apetito y del sueño, las mujeres cuando se enteran que portan un feto con anomalías se sienten defectuosas, debido a la depresión puede llevar a la mujer a consumir drogas que pueden acarrear otros problemas de salud.
La pareja debe decidir a quién y cuándo van a contar el asunto. El aborto terapéutico es una situación dramática para la pareja sobre todo si tiene hijos.
La pareja suele presentar molestia y enojo hacía el personal médico que los atendió.
Un estudio de 360 mujeres que pasaron por el aborto terapéutico revela que la mayoría de las mujeres mejora después de la intervención en el ajuste marital, síntomas psiquiátricos, y sentimientos de culpa.
Otro estudio demostró que las mujeres con fetopatía se centran más en el futuro que en ellas mismas.
Un duelo complicado, concretamente un duelo patológico porque se comienza a vivir antes de cerrar la etapa de duelo, es lo que vive una mujer cuando pierde el bebé durante el embarazo.
En el marco de las discusiones en el Congreso por la “Ley del Aborto Terapéutico” hablamos con Luis Alemán, psicólogo Educacional de la Universidad Central, el que nos ayudó a entender las repercusiones psicológicas de embarazos de estas dimensiones.
Desde el momento que la mujer queda embarazada y especialmente si el hijo es deseado, los problemas psicológicos empiecen a causar duras lesiones en la madre y en los familiares.
El profesional señaló la importancia de la familia, sobre todo la más allegada, la que debe posicionarse al lado de la afectada y no quitarle importancia al hecho, puesto que es evidente la gravedad de la situación.
También habló sobre los casos de violación y de no desear al feto que se está gestando. Ante ello, dijo que es otra situación distinta, psicológica, porque el embarazo es traumático para la mujer.
Un duelo complicado, concretamente un duelo patológico porque se comienza a vivir antes de cerrar la etapa de duelo, es lo que vive una mujer cuando pierde el bebé durante el embarazo.
El aborto terapéutico se legalizó en el Perú en 1924. Desde entonces, los establecimientos de salud requieren de un protocolo general que estandarice este procedimiento. La inacción política del Ministerio de Salud –responsable de aprobar el documento, que está listo— pone en duda si el Ejecutivo viene postergando la medida –y, con ello, la práctica del procedimiento– por la controversia de su nombre y sus posibles consecuencias políticas. Porque el problema del aborto terapéutico radicaría, sobre todo, en su propio nombre.
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